Simplemente Dolly

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Desde su llegada, a fines del 2002, ha visto crecer, desarrollarse y también despedirse, a muchos socios y socias del sindicato. Siempre con una sonrisa, mucha oreja y a veces hasta el hombro donde buscar apoyo. Desde su escritorio, hace 20 años, nuestra Dolly nos cuenta parte de su historia.

“No te voy a contar a que edad llegué al sindicato, porque si no van a sacar la cuenta” comenta con una sonrisa al otro lado del teléfono, “pero son 20 años y contando”.

Con esta frase y la risa que la acompaña inicia el diálogo con Dolly Vallejos, una cara conocida para todos los socios y socias del Sindicato.

Su llegada al que ha sido su trabajo durante las últimas dos décadas, se produjo casi por azar. “Al presidente del sindicato de esa época, yo lo conocía de unas actividades extra-programaticas, y justo se enteró que yo había quedado sin pega. En ese momento me comentó que había la posibilidad. Así que vine, me entrevistaron y quedé”.

Su llegada fue casi una bendición, ya que justo estaba pasando un mal momento, sola con su hijo. Al principio se desempeñaba a honorarios, pero con el cambio de directiva, “que he visto muchas”, le hicieron contrato y desde ese momento “no me separé más del sindicato.”

Desde diciembre del 2002 a la fecha se desempeña como la secretaria, aunque a veces juega el papel de “mamá, amiga y psicóloga….porque aunque no lo creas, aquí terminas conociendo la vida de todos, aunque eso sí, siempre con discreción…hay cosas que me han contado o pedido consejos y son cosas que me llevaré a la tumba”.

Reconoce que esa parte del trabajo le gusta mucho porque “de repente hay gente que llega, sube la escalera, se sienta al otro lado del escritorio y comienza a contarme cosas, por el solo hecho de querer hablar con alguien y me eligieron a mí”. Aunque a veces, con algunas historias, reconoce que le cuesta pasar la página y “queda mal” con algunas historias. “Ojalá pudiera ayudar de otra forma” complementa.

Dolly en su otra faceta, quizá la más desconocida, la de amante de los animales. Aquí con su “conchito”…el último integrante de la familia.

Los últimos años, que han sido de ajuste económico en el canal, ha visto salir a mucha gente, con despidos masivos lo que “me duele muchísimo, porque hay gente a la que conozco y le sé la vida….mi cariño por todos es tan grande, que cuando echan a alguno es como se me desgarraran el corazón”.

En veinte años ha visto pasar muchos dirigentes sindicales, de todos “siempre uno va aprendiendo cosas, te van enseñando y cosas así”. Siempre con buenas experiencias y cariño.

Como cualquier persona ocupando un cargo por el tiempo en que Dolly ha ocupado el suyo, las experiencias son variadas. Las experiencias y recuerdos felices son “muchos y me sería imposible destacar alguno”. Pero también existen de los otros, los momentos amargos que te marcan, en este caso tres tragedias que las marcaron para siempre. “La primera, el accidente de Juan Fernández…la pasamos muy mal, estábamos en una fiesta del sindicato cuando nos avisaron que el avión se había perdido. Eso me pegó fuerte, además justo en la semana había estado con Rodrigo Cabezón y con Roberto Bruce aquí en la oficina…..fue muy doloroso.” Otra experiencia que la marcó fue “la partida del Pato Bozan y Felipe Aguilera….cabros chicos, cabros jóvenes que los conocí, los vi llegar y de repente de un día pa otro te dicen que ya no están, es muy doloroso”.

Proyectando los años que le quedan de vida laboral, dice que “quiero descansar…no tengo proyecciones ni ideas para después de jubilar, solo descansar”.

Cuando se le pregunta como cree que le recordarán el día que cierre por última vez la puerta de su oficina, solo dos palabras se le vienen a la mente….”mucho cariño”.

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